Se trata del parque más grande de Sevilla. Ideal para recorrerlo a pie o en bicicleta. Te contamos algunos de sus rincones con más encanto.
Qué visitar en el Parque de María Luisa
— La plaza de España. Posiblemente el edificio más conocido del parque. La construcción de esta obra de arquitectura regionalista se le atribuye a Aníbal González, que la diseñó para la Exposición Iberoamericana de 1929. Destaca por su forma ovalada, su gran fuente y sus canales que puedes atravesar en barca. Pero también cuenta con azulejos que representan a todas las provincias españolas, bustos con personajes ilustres y un sinfín de alegorías.
— La plaza de América. Otro de los lugares emblemáticos que se construyó con motivo de la exposición de 1929. Se encuentra rodeada por tres edificios: el Pabellón Mudéjar o Museo de Artes y Costumbres Regionales, el Pabellón Real y el Pabellón de Bellas Artes, que alberga el Museo Arqueológico de Sevilla.

— La Glorieta de Bécquer. Sin duda, uno de los monumentos más románticos y una parada imprescindible en tu ruta literaria por la ciudad. Compuesto por varias figuras que muestran el busto del escritor y varias representaciones del amor en distintos estados.
— El Monte Gurugú. Consiste en una pequeña elevación que ofrece las mejores vistas del parque. Para acceder a ella se hace mediante una escalera pedregosa que culmina en una cúpula, mientras una cascada de agua cae por uno de sus laterales y desemboca en un pequeño estanque. Su nombre se debe al famoso macizo de Melilla.
— La Isleta de los Pájaros. Famoso mirador donde podrás observar el estanque y una gran variedad de especies. De hecho, la historia cuenta que aquí mismo el rey Alfonso XII le declaró su amor a María de Las Mercedes.

— La fuente de las Ranas. Es la fuente más antigua del parque. Además, su estilo ha sido de los más imitados en las fuentes tradicionales de los patios sevillanos. Compuesta por ocho ranas que rodean el recinto y, en el centro, un pato sobre una tortuga.

— La glorieta de las Palomas. Situada en la plaza de América. Se trata de un reclamo turístico muy popular, ya que puedes dar de comer a un buen número de palomas.
— La escultura de Aníbal González. Un homenaje a este gran arquitecto y todo su legado. Se encuentra mirando de frente a la Plaza de España. Un dato curioso: ¿sabías que debajo de la estatua hay tres huellas de manos pequeñas? Por lo visto, sus creadores quisieron simbolizar que fueron padres durante su construcción.
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